Stalin y los prisioneros de guerra
Durante la Segunda Guerra Mundial, Stalin rechazó el ofrecimiento alemán de intercambio de prisioneros. Muchos rusos murieron gracias a este capricho u orgullo político del dictador soviético. La curiosidad radica en que lo que no esperaba Stalin (o es lo que siempre se ha dicho) es que casualmente se encontrara entre ellos su hijo Jacob, que había sido hecho prisionero y pereció en un campo de concentración nazi.
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