Los experimentos de Alfred Hitchcock
Alfred Hitchcock, genio y maestro del suspense, no dejó de experimentar en sus películas nuevas formas de hacer cine, demostrándole a los críticos en muchas ocasiones que andaban equivocados en los principios sobre los que basaban su forma de entender el cine. Es el caso de la supuesta necesidad de banda sonora en las películas, eliminada por completo en Los Pájaros, o el caso extremo de La Soga, en la que demostró que se podía hacer una película de un tirón, sin unir tomas. Normalmente una película se hace pegando todas las tomas rodadas, cuya duración varía entre los cinco y los quince segundos, aunque pueden durar más. Hacer una película con una sola toma a los críticos les parecía un disparate y agregaron además la imposibilidad física de llevar a buen fin el proyecto pues los rollos de película duran diez minutos y el director se ve obligado a hacer una pausa para volver a cargar la cámara. Por supuesto Hitchcock se encontró con esta dificultad, pero solventó el problema con el enfoque de la espalda de un personaje en el momento en el que el rollo se acababa, y comenzando la nueva toma en el punto en que había terminado la anterior. Como es natural, no fue realmente una sola toma sino la unión de muchas tomas de diez minutos, pero consiguió que el espectador tuviese la sensación de continuidad.
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