La calavera de Descartes
René Descartes, inventor de la filosofía moderna, murió en 1650 de una neumonía en Estocolmo, pero hasta muchos años después no regresó su cadáver a Francia. Sucedió en 1666 por deseo expreso de sus amigos, que creían que sus restos debían reposar en París. Exhumaron el cadáver y en un descuido de éstos, un capitán de la guardia trocó el cráneo privilegiado del racionalista por el de un desconocido, vendiéndolo luego a un coleccionista. Como nadie supo lo sucedido, la verdadera calavera de Descartes decoró las vitrinas de más de un caprichoso durante casi dos siglos.
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